jueves, 31 de mayo de 2012

Despertad

Cuenta la leyenda que Sauron, el Señor Oscuro, en su afán por conquistar no sólo las tierras, sino los corazones de todos los seres de la Tierra Media, fabuló un plan para cubrir el cielo y el suelo con las cenizas del Monte del Destino. Cuando las cenizas cubrieran todo Mordor, él levantaría su mano y de las cenizas surgirían nuevos árboles, nuevos seres, nuevas edificaciones conforme a su deseo. Y los nuevos árboles de ceniza darían frutos de ceniza, que se plantarían y esparcirían su simiente por doquier.

Y Sauron obró su magia, pues su poder era grande en aquel entonces. Y el Monte del Destino escupió fuego y lava y cenizas. Y los pueblos libres de Gondor y Rohan, de Imladris y Lothlórien, se levantaron contra él y consiguieron detenerlo un tiempo. Pero ¡ay! al verse acorralado en Mordor, Sauron volcó todo su ser en una nueva explosión del Monte del Destino para que las cenizas llegasen más allá de sus fronteras y cayesen sobre aquéllos que querían impedir que Sauron llevase a cabo su proyecto.

Pero las obras del Señor Oscuro estaban mancilladas, podridas como su corazón, y algo salió mal.

Cuenta la leyenda que Mordor apareció cubierto de mierda. El Monte del Destino escupía aquella inmundicia, que cubrió primero el Gorgoroth y luego todo Mordor y rebasó las Montañas de Ceniza (que cambiaron su nombre por las Montañas de la Mierda) y las Montañas de la Sombra, avanzando y ensuciando todo a su paso. Y la mierda llegó a Osgiliath, al Anduin, a Minas Tirith. Al ver la magnitud de aquel desastre, los pueblos libres tomaron entonces una decisión: en lugar de devolver toda aquella porquería al Reino Oscuro, e imaginando que allá no cabría toda aquella fetidez, decidieron asumirla como propia, y taparla para que no se viera. Y durante un tiempo pudieron hacerlo. Y se palmeaban la espalda y se felicitaban, pues aquel estiércol fertilizaba sus árboles y les proporcionaba nueva riqueza. Y gastaban alegremente sus riquezas, pues tenían de todo en abundancia.

Pero la mierda seguía surgiendo, no sólo ya de Mordor, sino también de otros lugares, pues los pueblos enriquecidos también generaban basura, aunque intentaban taparla. Y llegó el día en que los hombres y los Elfos no podían tapar toda. Intentaron esconderla en las profundidades de las minas de los Enanos, y éstos les pedían dinero a cambio, y también se enriquecieron. Pero las minas también se llenaron. Y llegó el día en que había tanta que Gondor y Arnor no sabían qué hacer para taparla y les terminó cubriendo. Y ya no generaba riqueza. Y los orcos, los hombres, los Elfos y los Enanos se empobrecieron, pues ya no podían recoger los frutos plantados, ya que la propia porquería que habían permitido que les cubriera, se lo impedía. Y se enfadaron. Y se culpaban unos a otros, pero no encontraban soluciones, pues lejos de intentar retirar aquella suciedad, seguían generando más basura con lo poco que les quedaba.

Y la mierda se extendió por toda la Tierra Media hasta Hobbiton, y Sauron pidió a los hobbits que la limpiaran, pues los hobbits mantenían su tierra pobre limpia, y todos les miraban con recelo. Y al ser más poderosos que los hobbits, les exigían que dejaran todo igual de limpio que su tierra. Y les dieron palas y herramientas para que limpiasen todo. Y cuando todo empezó a reverdecer, durante un tiempo se felicitaron de nuevo por su idea. Pero ya nadie pensaba en devolver toda aquella inmundicia a su origen. Se habían autoconvencido de que taparla era la única solución, pues todos producían porquería. Y siguieron produciéndola hasta que los hobbits cayeron extenuados. Y éstos no podían. Y les culparon de ello. Hombres, Elfos, Enanos y hasta Orcos encontraron culpables a los hobbits, ya que no podían limpiarles aquello que habían ensuciado para siempre.

Y les quitaban las palas a los hobbits. Y tenían que limpiar la mierda de Sauron con las manos. Y Sauron se apropió de sus agujeros y los rellenó de mierda. Y los hobbits perdían sus casas, como los hombres, los Elfos y los Enanos las habían perdido. Y al final Sauron sonrió satisfecho.

Tolkien dijo que los hobbits se rebelaron. Y recuperaron y sanearon La Comarca. Pero no es así. Estamos hasta arriba de la mierda de Sauron. Y la solución no es taparla, pero hemos olvidado qué hacer.

Hace casi 7 años, durante un tiempo, quise describir cómo veía que todo se iba cubriendo de mierda. Viendo algunas noticias, escribí: "Hoy es un día para quedarse en la cama, durmiendo. Despertadme cuando todo se haya arreglado, o se haya jodido del todo." Parece que no fui el único hobbit que se echó a dormir. Y parece que todo siguió de mal en peor, y que ha terminado por joderse del todo. Estamos de mierda hasta el cuello, pero no sólo nosotros: Todos, Elfos, Hombres, Enanos y hasta Sauron. Va siendo hora de hacer algo.

¿Y qué puede hacer un hobbit, cubierto de la mierda de Sauron como el resto de la Tierra Media? Despertar. Es la hora. Despertad.