domingo, 8 de julio de 2012

Canción de Hielo y Fuego: No me gusta fumar en pipa, 2ª parte


La historia se repite. Una y otra vez. Debido a mi condición de hobbit, me encuentro repetidamente involucrado en conversaciones sobre asuntos que, según la inmensa mayoría de enanos, hombres, elfos y orcos, deberían interesarme, gustarme, emocionarme o hasta deleitarme hasta el orgasmo.

- A ti que te gusta fumar en pipa, ¿dónde compro buen tabaco?

¿Qué? ¿No os creéis que me pregunten esto? Vale, ¿y si os digo esto, os suena más?

- Hey, ¿has visto el último capítulo de Juego de Tronos? Está bestial, ¿a que sí?
- Oye, tú que sabes de esto, ¿cuántos libros va a tener lo de Canción de Hielo y Fuego?

En efecto: ¿te gusta El Señor de los Anillos? ¿El Hobbit? Pues entonces, debe gustarte Canción de Hielo y Fuego. Y por tanto, quieres hablar de ello. Ese es el pensamiento de quienes saben que eres hobbit pero no se molestan en conocer tus gustos de hobbit realmente.

Hace algunos años ya, Harry Potter era lo que había que leer. Os podréis imaginar que, por la misma razón, me bombardeaban con preguntas sobre el niño gafotas y su varita mágica. Sinceramente, me interesaban más las películas que los libros. Aquí donde me véis, me confieso más cinéfago que librófago (valgan los palabros). Pero tanto me hablaban de ello que empecé a temer algo que siempre me ha horrorizado: que me revelen el final, que alguien me "espoilee" (valga, otra vez, el palabro) alguna sorpresa de la trama antes de verla por mí mismo. Os pongo en situación: Estábamos a finales de 2005, tal vez principios de 2006. En el cine se había estrenado la cuarta parte, "El Cáliz de Fuego" (que ya había visto), pero en los libros ya había sido publicada la penúltima novela, "El Misterio del Príncipe". Y mucha gente a mi alrededor hablaba de los libros, así que me animé y me puse a leerlos empezando por el quinto: "La Orden del Fénix".

Un tostón. Sinceramente, estuve a punto de dejarlo. Pero tengo un problema: no soy capaz de dejar un libro o una saga inacabada. Además, los Potterfans me decían que sí, que era el peor libro, pero que siguiese adelante. Así que empecé a leer el sexto, "El Misterio del Príncipe". Mucho mejor, lo reconozco. En mi opinión, el mejor de los 3 últimos libros (el último es pura aventura, y tampoco está tan mal). Pero ocurrió algo. Iba más o menos por la mitad del libro cuando uno de mis mejores amigos, bellísima persona y a quien quiero un porrón (lo digo en serio), envió un email con la camiseta de los spoilers. Un diseño para una camiseta que revienta el final de muchos libros y películas en un sorprendente compendio de ingenio... y mala leche.

He intentado que quede lo más pequeña posible, para que no os pase lo que a mí. Sé perfectamente que, si abrís la imagen, os "espoilearé" algún final de película/libro, y también sé perfectamente que, si no la abrís, puede que no entendáis de qué os estoy hablando. Intentaré explicarlo: En el centro de la camiseta, está el final de, precisamente, "El Misterio del Príncipe", el libro que estaba leyendo y aún no había terminado. Así, sin anestesia ni nada. Mi amigo pasó a llamarse "el padre de todos los spoilers" y después de pedirme perdón cien veces, me mandaba emails firmando "Brus Willis está muerto" (lo siento, te jorobas si no sabes de qué hablo... aún). Aún nos reímos, pero no sabéis cómo me fastidió. Estaba leyéndome una saga regulera, sólo porque se suponía que debía leerla, y me reventaron justo el final del libro que estaba leyendo, una de las sorpresas de dicha saga.


Soy débil, sí. No debería ceder ante la presión externa y pasar de leerme lo que me recomiendan, ¿verdad? Pues no. Hace 2 años me recomendaron otra saga, Geralt de Rivia, de Andrzej Sapkowski. No solo nadie me reventó ninguna sorpresa, sino que me descubrí leyendo una saga bastante original, con una trama fabulosa, intrigante, emocionante, con unos personajes maravillosos en un mundo coherente y familiar. Lo disfruté como buen hobbit que soy. Aún hoy sigo intentando que la gente se lo lea. "Buena suerte", oigo decir por ahí a alguno... Je, gracias, tú me entiendes, ¿verdad?

En fin, pues ahora toca leerme Canción de Hielo y Fuego. Me leí el primer libro hace ya algunos años, y me gustó bastante. Me leí el segundo casi seguido y... uffff. Ya entonces pude comprobar qué está haciendo el adorado George R. R. Martin: meter paja y más paja, material totalmente prescindible, sólo para deleitarse en su capacidad narrativa y en su propio universo. Que sí, que no escribe mal, pero aburre, aburre hasta el hastío. No sabe centrarse, ni quiere. Se deleita en la creación de nuevos personajes, nuevos países, nuevas tramas, para enredarlas y terminar abriendo otras nuevas. ¡Oh, maravilla! ¡Un universo inacabable de personajes zafios, rudos, bipolares, folladores! Ideal para un espíritu quinceañero.

¿Y lo de matar a los personajes más inesperados? Bueno, eso ya es la repanocha: convierte en principal a un personaje durante uno o dos libros, y luego mátalo. Tendrás a hordas defendiéndote diciendo: "Martin es único al matar al personaje más inesperado". ¿Único? ¿Habéis leído a Stephen King? Al menos éste tenía la decencia de terminar las tramas y subtramas en un único libro. ¿Alguien puede querer realmente que le aburran con personajes e historias nuevas y casi totalmente irrelevante durante siete interminables libros?

Una de las grandes obras del fantástico del siglo XX, "La Historia Interminable", recurría a una frase que reduciría la obra de Martin a una única novela bastante legible: "Pero eso es otra historia, y deberá ser contada en otra ocasión". Pero no, el mercado y las ventas mandan. Canción de Hielo y Fuego iba a ser primero una trilogía. Luego una pentalogía. Ahora, como Harry Potter, una heptalogía... y cuando todo termine, tendremos una estantería repleta de tramas y subtramas prescindibles, de personajes prescindibles, que ¡ojo! no aportan profundidad a la historia, como algunos quieren creer. Sólo paja. Cantidad no es sinónimo de calidad. Muchas descripciones no son sinónimo de profundidad en la historia.

Y por Eru, una cosa es hacer descripciones detalladas, y otra muy distinta ser un comentarista de la pasarela Cibeles. Martin describe de arriba abajo el vestuario de cada puñetero personaje. Uno a uno. No hay excepciones. Tarde o temprano acaba describiendo desde el mínimo abollón del yelmo hasta el tipo de piel utilizada en los cordones de las botas de todos y cada uno de los personajes que hablan, y hasta de los que no hablan. Es idiotesco.

Y yo, mientras tanto, sigo leyéndolo sin ganas. El tercer libro fue otra tomadura de pelo, si bien presentaba algunos personajes interesantes (sí, prescindibles casi todos). El cuarto es lento como ver Matrix a cámara lenta. El quinto lleva el mismo camino (y son más de mil malditas páginas, casi la longitud de El Señor de los Anillos).

No le niego el mérito de mantener tantas historias y tantos personajes, pero hay que saber dónde parar. Hay que saber dónde está el límite entre "ganar dinero con otro libro" y "tomar el pelo al lector". ¿Qué habría ocurrido si Tolkien nos hubiera narrado una lucha de poder paralela en el Harad durante otras 1000 páginas, durante la cual un rey se alzase con el poder y decidiese apoyar a Sauron contra los Gondorianos? ¿Y si a ello le añadimos el exilio de un descendiente oculto de Isildur en Rhûn, que finalmente se alzase con el poder e hiciese lo mismo que su homólogo del Harad? 1000 páginas más. ¿Y si se hubiese parado a narrarnos en profundidad las guerras y batallas (y conspiraciones y luchas internas de poder) en Rivendel y Lórien, en el Bosque Negro y Umbar, con miles de personajes? ¿Alguien duda que Tolkien tenía capacidad para ello? Perdón, alguien que haya leído todo lo que Christopher ha publicado después, y que conozca la verdadera magnitud de lo que Tolkien escribió, quiero decir...

¿Y eso habría convertido El Señor de los Anillos en una mejor obra? ¿O simplemente en algo más largo, con lo mismo que contar?

Canción de Hielo y Fuego tiene el mismo problema que Peter Jackson en la sala de montaje: no saber dónde cortar. No saber dónde decir "pero esto es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión". No saber o no querer ocultar el ansia por llenar dos páginas de más. Por eso me aburre. Y me cabrea ser como soy y no poder dejar de leer algo que he empezado.

¿Queréis saber lo mejor? Hace unos días comenté que, según iban las cosas, al final de la saga iban a terminar casando a tal personaje con tal otro... y alguien me dijo: "jajaja, no, porque el tal personaje ya está muerto". Aún me faltan 200 páginas para terminarme "Danza de Dragones". Como sea cierto, reiré y lloraré muy fuerte a la vez, pero no por lo sorprendente de la muerte de ese personaje, sino porque la historia se repite, indefectiblemente de que intentes evitarlo.

Y pensar que, con Geralt de Rivia, tenia el peligro del "spoiler" en casa, y nadie me reventó ni uno solo de los detalles de la trama. Por favor, leedlo y decidme si Sapkowski no es muy superior a Martin.